Periodista especializada en vida saludable
Aunque el momento de pasión nos haga volar, es importante tener los pies en la Tierra y mantener sexo siempre de manera segura, especialmente si no se trata de nuestra pareja habitual. Entre las distintas prácticas sexuales, también está el sexo oral, y aunque existen los preservativos para hacérselo a un hombre, ¿qué ocurre cuando la beneficiada es una mujer? En esos casos hay que recurrir a las dental dam o barreras bucales sexuales.
Y es que, aunque sea poco conocida, se trata de una opción para hacer sexo oral a mujeres (cunnilingus) o en el ano (anilingus) de manera segura. Y es que, el sexo oral no está exento de riesgos, es cierto que no es posible el embarazo por este método, pero el contacto con los fluidos y con la piel de otra persona aumenta el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS), como sífilis, gonorrea o el herpes. Es por esto que también hay que tomar precauciones en su práctica, disfrutando pero siempre con cabeza.
Las barreras bucales, barreras dentales o dental dam “son láminas de látex u otros materiales (poliuretano) que se utilizan para prevenir ITS en el sexo oral. También se usan para la prevención de ITS en el sexo donde hay contacto entre dos vulvas”, nos explica la ginecóloga Miriam Al Adib.
Las barreras bucales sexuales o dental dam se usan para hacer un sexo oral vulvar y anal seguro o cuando hay contacto entre dos vulvas
Estos rectángulos de unos 15x25 cm se colocan encima de la vagina o el ano a la hora de hacer sexo oral y con ellos se evita el contacto directo sin prescindir de todo tipo de sensaciones placenteras. Su aparición se traslada a 1864, un periodo en el que se fabricaban de caucho y su finalidad era diferente pues se usaban en procedimientos dentales.
No obstante, con el auge de contagios del sida una empresa decidió producir una barrera bucal protectora para el sexo oral a mujeres inspirada en esta herramienta del dentista. Sin embargo, los dental dam no son muy conocidos y se usan poco, según un estudio realizado con 330 mujeres australianas que mantenían sexo con otras mujeres, solo el 9,7% declaró haber usado alguna vez una barrera bucal sexual, y el ínfimo 2,1% de ellas la utilizaba frecuentemente en sus relaciones.
Los motivos pueden ser varios, la falta de información –para la que estamos elaborando este artículo–, no saber dónde se compra, el miedo al estigma o a ser juzgado por usarlo, por si no se siente lo mismo que en el piel con piel o por el precio, que suele ser más elevado que el de los condones masculinos convencionales.
Las barreras bucales sexuales, al igual que los preservativos, son de un solo uso y su modo de empleo es sencillo, aunque hay que tener en cuenta algunas cosas para que la práctica sea completamente segura. Para utilizar un dental dam sácalo del envoltorio y asegúrate de que no tiene ningún desperfecto ni rotura.
Después solo tendrás que colocarlo sobre la vagina u ano por cualquiera de los dos lados. Es importante que toda la zona esté bien cubierta para evitar que haya contacto entre la boca y los genitales, que es cuando se podría producir el contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual. Cuando hayas terminado, solo tendrás que desechar la barrera bucal en la basura y lavarte las manos.
La ginecóloga Miriam Al Adib nos advierte que “no deben usarse aceites, vaselinas o lociones que puedan deteriorar la barrera, tampoco debe estirarse porque puede romperse”. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) añaden que no se recomienda el uso del espermicida nonoxinol-9 porque puede provocar irritación y que si se quiere usar lubricantes sean a base de agua o silicona para evitar que la barrera bucal se rompa. Además, advierte de que no se tire el dental dam por el inodoro, pues puede obstruirlo.
Los dental dam son difíciles de encontrar en farmacias y parafarmacias, siendo más comunes en sex shops o en tiendas especializadas de internet. Se pueden encontrar de diferentes colores y sabores para mejorar la experiencia, su precio es más elevado que el de los preservativos convencionales, rondando aproximadamente los 2 euros la unidad.
Pero también existe una opción más económica, más accesible e igual de segura, se trata de hacer tú mismo un dental dam casero. Para ello, solo necesitas un preservativo masculino y unas tijeras. El paso a paso sería:
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