El Archivo de Alcoy restaura cuatro protocolos notariales los siglos XVIII y XIX | Las Provincias

2022-08-08 14:40:43 By : Ms. Angie Yan

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Estado en el que se encontraba uno de los protocolos notariales que han sido restaurados. / LP

El Archivo Municipal de Alcoi ha restaurado cuatro protocolos notariales de los siglos XVIII y XIX que debido a su mal estado no permitía su consulta hasta ahora y que eran muy demandados por los investigadores. En concreto se trata de los volúmenes de los notarios de Alcoi, Juan Bautista Giner (1787-1788) y Manuel Fabregat Martí (1880 y 1881); y del notario de Banyeres de Mariola, Francisco Ballester (1731-1740).

Los trabajos de restauración, realizados a lo largo del 2021, fueron adjudicados al taller de restauración Sánchez & Príebe, de Valencia, con un presupuesto de cerca de 9.000 euros que han sido sufragados gracias a la ayuda concedida por la Conselleria de Cultura.

Según apunta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alcoy, Raül Llopis, «esta restauración ha sido un trabajo muy cuidadoso, que nos permite recuperar parte de nuestra historia y facilitar la consulta a aquellas personas interesadas en conocer más sobre la sociedad y el territorio de nuestra comarca hace más de tres siglos».

El director del Archivo, Josep Lluís Santoja, destaca la importancia de estos documentos porque ofrecen mucha información sobre herencias, ventas, testamentos de una época en la que aún no existían los Registro Civiles. "Se puede encontrar información muy importante, sobre todo de carácter familiar y de la vida privada y son documentos muy valiosos para los investigadores y también para particulares que buscan sus antecedentes", explica el director.

Las principales causas de alteración y degradación de los volúmenes se debían principalmente a causas físicas externas, como una elevada exposición a la humedad en el pasado, que había provocado la proliferación de microorganismos, con una alta actividad microbiana que producía además el deterioro de la celulosa con aumento de la acidez del papel.

Esto también provocó manchas de diferente coloración rosácea y presencia de esporas negras sobre la superficie que provocaban un fuerte debilitamiento del papel, más evidente en los márgenes, y que ocasionaban pérdidas del apoyo documental y roturas.

Las encuadernaciones también habían sufrido deterioros a causa de factores ambientales como partículas de polvo en superficie, deformaciones, rozaduras y pérdidas del apoyo.

El proceso de restauración ha tenido que ser minucioso debido al grave deterioro del papel y la propia encuadernación. Es por ello que los restauradores tuvieron que realizar el desmontaje, en algunos casos hoja por hoja.

Tras el desmontaje, se procedió a la limpieza mecánica en seco del papel y las encuadernaciones mediante gomas de caucho y brochas japonesas de cabellos finos de cabra hoja por hoja. Según explican los especialistas, este proceso es especialmente importante para evitar que la suciedad entre en la zona interfibrilar durante el proceso de lavado de las páginas.

Gracias a este proceso se eliminaron esporas y restos de hongos adheridos a la superficie del papel y se desinfectó parcialmente el documento. En las encuadernaciones se realizó también una limpieza mecánica con gomas de caucho y gomas de diferentes durezas según la zona a tratar y brochas.

Después se realizó una limpieza local con una disolución de alcohol para reducir las manchas en zonas donde presentaba mayor suciedad, como por ejemplo áreas con manchas de grasa producidas por su manipulación y otras manchas de procedencia desconocida.

A continuación se efectuó una limpieza en húmedo y reintegración del apoyo eliminando ácidos y suciedad interfibrilar soluble. El desacidificado aporta una reserva alcalina que protege el apoyo de la formación de nuevos ácidos. En las páginas en peor estado se aplicó un proceso de laminado mediante la aplicación de una pegatina a base de almidón e incorporación de papel japonés.

Por otra parte, también se han restaurado tres volúmenes de obras impresas del siglo XVIII. Se trata de obras de contenido religioso que "no son exclusivos", explica Santoja. Estos han precisado de una intervención menor de limpieza y reencuadernación.