A diferencia de los numerosos inventos que surgieron en el siglo XX todos descubiertos gracias a las investigaciones militares de la época, la llamada cinta scotch surgió de la cabeza de un músico, un artista del banjo, que terminó siendo una de las personalidades más importantes en la historia de la empresa 3M.
El próximo 31 de enero se cumplirán noventa años de la aparición en el mercado de la cinta de papel celofán convertida en adhesiva gracias a la intervención de Richard Drew que ya venía trabajando en el sector después de haber estudiado tan sólo unos meses de ingeniería en la Universidad de Minnesota.
Como les suele suceder a todos los inventores, la formación académica tiende a ser demasiado limitada para su expansiva imaginación. Drew tomó un curso por correo de diseño de máquinas y enseguida comenzó a trabajar en el laboratorio de la empresa 3M –Minnesota Mining and Manufacturing- que hasta ese momento se dedicaba al papel de lija.
Apenas llegado a la fábrica, el inventor se dio cuenta de que quienes pintaban los autos de dos colores –tal como se usaba en la época- tenían serios problemas para delimitar una línea precisa en la separación de los dos tonos. De ahí, que se puso a trabajar en una cinta adhesiva que los ayudara en la prolijidad. En la primera versión de 1925, la cinta tenía un papel del reverso y no era transparente.
Cuentan que el nombre scotch –en inglés escocés-, tal como la conocemos acá en Argentina, se debe a la fama de tacaños de los escoceses dueños de 3M: cuando Drew les presentó la cinta a los pintores de auto estos consideraron que no tenía suficiente pegamento y les pareció que la empresa estaba ahorrando en materiales.
Cinco años después, en 1930, Richard logró presentar una cinta adhesiva transparente que enseguida se hizo indispensable para actividades de oficina, escolares y del hogar. El producto estaba formado por aceites, resinas y caucho. Era la época de la Gran Depresión en Estados Unidos por lo que la reparación de los objetos se convirtió es una de las prácticas preferidas de la población. Se usó para envolver alimentos, pegar páginas rotas de libros y documentos, arreglar juguetes y ropa y hasta para sellar huevos rotos.
Actualmente, 3M produce una cantidad de metros de cinta como para rodear 165 veces nuestro planeta. Junto con el legado de su invento, Richard Drew también fue quien le dio la idea a su director, William McKnight, la política conocida como la regla del quince por ciento, que permite a los empleados usar el 15% de sus horas de trabajo en proyectos de innovación. Esta regla tuvo una gran influencia en Sillicon Valley, por ejemplo, Google y Hewlett Packard se encuentran entre las empresas que le dan sus colaboradores tiempo libre para experimentar.
Luego de inventar la cinta adhesiva, el inventor presentaría unas treinta patentes de inventos entre los que se encuentran desde máscaras faciales hasta láminas reflectantes para señales de tránsito.
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